Blog

El poder del lenguaje inclusivo: un camino hacia la igualdad

Escrito por iDISC Information Technologies | Sep 27, 2024 10:11:01 AM

El lenguaje es una herramienta poderosa de comunicación y un pilar fundamental de la socialización. A través de las palabras, construimos realidades, forjamos identidades y transmitimos valores. En este contexto, el lenguaje inclusivo emerge como una respuesta a la necesidad de crear una sociedad más equitativa y respetuosa con la diversidad. Este movimiento busca evitar la exclusión y la discriminación, promoviendo una comunicación que refleje y respete la pluralidad de la sociedad y la igualdad. 

La importancia del lenguaje inclusivo 

Emplear un lenguaje inclusivo cuando hablamos es crucial en la actualidad, especialmente en un mundo cada vez más globalizado y diverso. Las organizaciones, tanto públicas como privadas, se comunican con una audiencia amplia y variada, y es fundamental que sus mensajes se transmitan con sensibilidad para no excluir ni ofender a ningún grupo. El uso de un lenguaje que respete todas las identidades y realidades no solo es una cuestión de justicia social, sino también una estrategia efectiva para llegar a una audiencia más amplia y diversa. 

Un contenido no inclusivo puede tener consecuencias negativas para una empresa. Desde la pérdida de clientes hasta la afectación de la reputación de la marca en las redes sociales. Si se hace un buen uso y éticamente correcto del lenguaje, evitaremos problemas legales, sociales y comerciales. 

El DEI y los nuevos valores empresariales 

Desarrollar una política DEI que abarque diferentes idiomas y culturas es un reto significativo. Las siglas DEI aluden a Diversidad, Equidad e Inclusión, y hacen referencia a las estrategias y prácticas que utiliza una empresa para llevar a cabo actividades de trabajo de forma equitativa, implantando programas de diversidad e inclusión. Actualmente, una de las carencias de algunas empresas dentro de sus equipos de trabajo es aplicar buenas prácticas en cuanto a la inclusión de grupos diversos o vulnerables. Ese es, sin duda, uno de los retos que las empresas deben superar. 

Cada idioma y contexto cultural tiene sus propias características y matices que deben ser considerados para asegurar que el mensaje inclusivo sea efectivo y apropiado. Entre los empleados de una empresa puede haber personas con la habilidad innata de pensar de manera diversa, lo que les facilita llevar a cabo análisis críticos y objetivos en relación con la sociedad. Siguiendo esta línea, al instaurar equidad en el trabajo, los empleados se sienten con la libertad de ofrecer su pensamiento crítico y todo lo valioso que puede aportar su punto de vista, desarrollando confianza, diálogo y colaboración entre ellos. Asimismo, para implementar la inclusión (como último punto del DEI) en una organización es esencial seleccionar al personal sin considerar aspectos como la apariencia, la pertenencia a un grupo social específico, la etnia, la sexualidad o la clase social.  

Las empresas deben estar dispuestas a llevar a cabo estas prácticas mediante el diálogo y el respeto, ya que todos somos importantes y todos contamos. 

Desafíos del lenguaje inclusivo a nivel global 

Lingüística 

Los idiomas varían en su estructura y uso del género. Por ejemplo, en lenguas como el español, el francés o el alemán, los sustantivos tienen género, lo que puede complicar la traducción de un contenido inclusivo. Mientras que, en japonés, aunque no se asignan géneros a los sustantivos, existen términos y construcciones que históricamente se han asociado con un género específico. Los traductores y lingüistas deben estar capacitados y contar con guías de estilo que les permitan sortear estas limitaciones y adaptar el contenido de manera inclusiva sin perder el significado original. 

Requisitos culturales 

Las expectativas sobre inclusión varían considerablemente entre diferentes regiones y culturas. Lo que puede ser aceptado y valorado en un contexto puede ser rechazado o ridiculizado en otro. Por ejemplo, los enfoques hacia el lenguaje inclusivo pueden diferir entre países de habla hispana como Argentina y España, o entre francófonos en Canadá y Francia. 

Influencias políticas 

La postura del gobierno local respecto a la inclusión también influye en cómo se debe abordar el uso del lenguaje inclusivo. En algunos países, existen regulaciones que lo promueven, mientras que en otros, puede haber una resistencia política hacia estas iniciativas. Instituciones como la Real Academia Española (RAE) o la Académie Française pueden también jugar un papel significativo en definir y limitar el uso del lenguaje inclusivo. 

Sesgos personales 

Los sesgos conscientes e inconscientes de los individuos también afectan la implementación del lenguaje inclusivo. La educación, la herencia cultural y las experiencias personales moldean la percepción y el uso del lenguaje. Es esencial que los creadores de contenido y los lingüistas sean conscientes de estos sesgos y trabajen activamente para mitigarlos, asegurando que su trabajo refleje una verdadera inclusión. 

Estrategias para un lenguaje inclusivo 

Adoptar un lenguaje inclusivo requiere un enfoque deliberado y consciente. Aquí se presentan algunas estrategias clave para lograrlo: 

Uso de sustantivos genéricos y colectivos 

En lugar de usar términos específicos de género, se pueden utilizar sustantivos que no indiquen género, como "persona", "miembro" o "participante". Para referirse a grupos, se pueden emplear sustantivos colectivos como "ciudadanía", "personal" o "equipo". Estas alternativas evitan la exclusión y hacen que el lenguaje sea más inclusivo. 

Estructuras gramaticales no excluyentes 

El uso de estructuras impersonales o pasivas, así como el empleo de imperativos, puede ayudar a evitar la masculinización excesiva del lenguaje. Por ejemplo, en lugar de decir "Los interesados pueden enviar su currículum", se puede decir "Envíen su currículum". Asimismo, se pueden usar construcciones con "se" impersonal, como "Se debe rellenar el formulario", en lugar de "El usuario debe rellenar el formulario". Otro ejemplo muy conocido es “Os damos la bienvenida”, en lugar de “Bienvenidos” o “Bienvenidas”. 

Desdoblamiento de género 

El desdoblamiento, aunque puede ser criticado por su extensión, es una estrategia útil en ciertos contextos. Por ejemplo, utilizar "los y las estudiantes" o "los/las estudiantes" puede ayudar a visibilizar tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, es importante usar esta técnica con moderación para evitar que el texto se vuelva pesado y repetitivo.  

Formación y guías de estilo 

Proporcionar formación continua y guías de estilo a los creadores de contenido y traductores es fundamental. Estas herramientas deben incluir terminología inclusiva y ejemplos prácticos para facilitar su aplicación en diferentes contextos. Además, es útil contar con un equipo diverso que pueda ofrecer diferentes perspectivas y asegurar que el lenguaje utilizado sea realmente inclusivo. 

Consulta y retroalimentación 

Consultar con la comunidad y recibir retroalimentación constante es vital para mejorar y ajustar las políticas de DEI. Las personas que viven y trabajan en cada mercado objetivo tienen un conocimiento valioso sobre el lenguaje inclusivo en su contexto local. Sus aportaciones pueden ayudar a identificar términos problemáticos y a desarrollar alternativas inclusivas que sean culturalmente apropiadas. 

 

En definitiva, el lenguaje inclusivo no es solo una tendencia pasajera, sino una necesidad imperante en la sociedad actual. Adoptarlo requiere esfuerzo, conciencia y una voluntad genuina de promover la igualdad y el respeto hacia todas las personas. Las organizaciones tienen la responsabilidad de liderar este cambio, no solo por una cuestión de ética y justicia, sino también por los beneficios tangibles que aporta en términos de alcance y reputación. 

Al fin y al cabo, el lenguaje inclusivo es una herramienta poderosa para construir un mundo más equitativo y respetuoso. Al adoptar estas prácticas, no solo se mejora la comunicación, sino que también se contribuye a crear una sociedad donde todas las personas se sientan valoradas y representadas.