La ciberseguridad se ha convertido en una prioridad estratégica para todas las organizaciones y la evolución constante de las amenazas requiere enfoques innovadores que van más allá de las medidas tradicionales. En este artículo hablaremos sobre algunas tendencias de ciberseguridad que no deberíamos pasar por alto.
Gestión de la exposición a amenazas
La gestión continua de la exposición a amenazas, también conocida como CTEM, se centra en hacer un seguimiento de los riesgos más importantes que plantea la seguridad de la información y una evaluación constante de las medidas de protección contra estas amenazas existentes, así como informar de forma inmediata a las empresas y organizaciones sobre las ciberamenazas más sofisticadas.
Se trata de un componente esencial de ciberresiliencia, ya que es el proceso de identificar, gestionar y mitigar los riesgos cibernéticos.
La inmunidad del tejido de identidades
Se aplica el concepto de sistemas inmunitarios digitales a los sistemas de identidades, buscando minimizar defectos y errores para ofrecer protección antes y durante los ataques, detectando y respondiendo a las amenazas de manera eficaz. Una estrategia que se alinea con la noción de inmunidad del tejido de identidades implica asumir que los ciberdelincuentes ya tienen acceso a sistemas y aplicaciones. Esto significa nunca confiar plenamente en una identidad y siempre verificarla (modelo “zero trust”), lo que fortalece la seguridad de las identidades dentro de una red.
Se recomienda implementar métodos de autenticación fuertes y multifactoriales para asegurar que solo los usuarios autorizados puedan acceder a los recursos de la red.
Este enfoque ayuda a las organizaciones a protegerse contra ataques que explotan credenciales robadas o mal uso de identidades.
La validación de la ciberseguridad
Se combinan técnicas, procesos y herramientas para corroborar cómo los potenciales atacantes aprovecharían realmente una exposición a amenazas identificada y cómo reaccionarían los sistemas de protección. Es un proceso crítico que permite a las organizaciones evaluar y medir la efectividad de sus controles de seguridad contra ataques y malware frecuentes y, así, asegurar que protegen adecuadamente los activos. Se pueden identificar brechas y errores de configuración a través de pruebas automatizadas, ayudando a optimizar el entorno de la seguridad.
La validación de seguridad proporciona visibilidad y rendimiento para informar sobre el estado de la seguridad de una organización y su competencia, permitiendo priorizar la estrategia de optimización de riesgos mejor adaptadas a las amenazas.
Consolidación de las plataformas de ciberseguridad
La consolidación de soluciones de seguridad simplifica la gestión y mejora la eficacia operativa. Se integran múltiples funciones y herramientas de seguridad en una única arquitectura.
Al unificar las herramientas de seguridad, las organizaciones pueden reducir la complejidad y el tiempo necesario para implementar y gestionar sus soluciones de seguridad. De igual forma, la consolidación permite a las organizaciones fortalecer su estrategia frente al riesgo cibernético, reduciéndolo y mejorando la eficacia operativa.
Este enfoque está ganando popularidad, ya que permite a las organizaciones hacer más con menos, optimizando sus recursos y mejorando su postura de seguridad en un panorama de amenazas en constante cambio.
La transformación del modelo operativo de seguridad
Las organizaciones están transformando sus modelos operativos para mejorar la detección y respuesta ante amenazas.
Las empresas implementan soluciones de seguridad adaptándose a la tecnología, y utilizan análisis de datos para identificar patrones de riesgo y responder de manera efectiva y rápida frente a los ciberataques.
Este modelo busca ampliar el alcance y la eficacia de las estrategias de seguridad, alineándolas con los objetivos comerciales y adaptándose a la evolución del panorama de amenazas.
La seguridad componible
Es un enfoque moderno en ciberseguridad que se adapta a la naturaleza dinámica y modular de las empresas actuales, permitiendo una mayor flexibilidad y adaptabilidad a las necesidades cambiantes. Se basa en la idea de que los controles de seguridad deben ser tan ágiles y flexibles como los sistemas que protegen.
Los controles de seguridad se diseñan para ser modulares, lo que significa que pueden ser reconfigurados o desmontados según sea necesario para responder a las amenazas emergentes.
Mediante esta tendencia la protección se mantiene alineada con la velocidad del cambio tecnológico y las demandas del negocio, proporcionando una defensa más resiliente y adaptable.
Diseño de seguridad centrado en las personas
Se pone énfasis en el factor humano, fomentado la facilidad de uso para el usuario, así como ayudando a los empleados a comprender mejor las políticas de seguridad para adoptar prácticas seguras. Se diseñan soluciones de seguridad que prevengan errores humanos y riesgos frente a ciberamenazas.
Este enfoque busca mejorar el cumplimiento de las políticas de seguridad y reducir los fallos humanos que pueden facilitar el acceso de los atacantes.
Estas tendencias reflejan la importancia de la adaptación y la preparación estratégica frente a las amenazas emergentes y la evolución tecnológica en el ámbito de la ciberseguridad. Esperamos que esta información le haya resultado útil. Estaremos encantados de darle más detalles acerca de la ciberseguridad. No dude en contactar con nosotros o visitar nuestro blog para obtener más información.