Como ya sabes, en la era digital, se ha facilitado el acceso a la comunicación global para muchos negocios, especialmente para aquellas empresas dedicadas al contenido audiovisual.
Netflix, Disney+, HBO Max, Amazon Prime Video… ¿Te resultan familiares?
Estas plataformas de streaming generan una enorme cantidad de contenidos audiovisuales que se disfrutan en todo el mundo.
¿Se te ocurre sin qué instrumento esto no podría ocurrir?
¡Exacto, la traducción! En este caso estamos hablando concretamente de la traducción audiovisual.
La traducción audiovisual permite que estos productos de vídeo y audio lleguen a audiencias globales, adaptándolos a cada lenguaje y cultura.
¿Qué tipos de traducción audiovisual existen? ¿En qué consisten? ¿Cuál es la forma correcta de adaptar a una lengua y cultura los contenidos audiovisuales?
Sigue con nosotros para descubrirlo.
La traducción audiovisual tiene en cuenta tanto el texto como los elementos visuales y sonoros. Su objetivo es adaptar el contenido a las particularidades lingüísticas y culturales concretas de cada audiencia.
Para conseguirlo, la persona encargada de traducir debe trasladar las palabras de un idioma a otro, pero también adaptar las expresiones, giros idiomáticos y juegos de palabras de la versión original a la de destino, con la sensibilidad necesaria para respetar la esencia y el carácter propio del producto audiovisual que tiene entre manos.
Para dedicarse a la traducción audiovisual, los profesionales deben tener un gran dominio de los idiomas con los que trabajan, de manera que se enlace adecuadamente el mensaje original con sus receptores.
Se usan diversas técnicas para la traducción del material audiovisual:
Los subtítulos son una herramienta muy útil para hacer los vídeos más accesibles a audiencias de diferentes idiomas. Se puede mantener el vídeo con las voces del audio original y agregar a la imagen un texto con la traducción de los diálogos a los diferentes idiomas con los que se quiera lanzar el producto. Además, la subtitulación no solo ayuda a llegar a audiencias que hablan otros idiomas, sino que también hacen los productos más accesibles a personas con discapacidad auditiva que necesitan leer los diálogos o las descripciones de ciertos sonidos.
El doblaje es la técnica de traducción audiovisual mediante la cual se reemplaza el audio original por la versión hablada en otro idioma. Para esto se necesitan actores de doblaje que sustituyan la voz de los actores originales e interpreten los diálogos en su idioma nativo. Así los espectadores tienen una experiencia más inmersiva y por eso se utiliza principalmente en el cine y las series de televisión.
Lo cierto acerca del doblaje es que, a veces, ciertos juegos de palabras son difíciles de traducir de un idioma a otro.
Algo que muchos recordarán, sin duda, es la polémica traducción que tuvo una de las frases más famosas de la aclamada serie Juego de tronos. Y es que, la muerte del personaje Hodor, interpretado por el actor Kristian Nairn, estuvo llena de controversia.
La “gracia” de esta escena está en descubrir el origen del nombre del personaje, al que todos llaman Hodor porque es lo único que sabe decir, a consecuencia de su trauma.
En la versión original, las palabras que el actor pronuncia son “Hold the door”, que poco a poco van transformándose en: ”Hold door”, “Hol dor”, y finalmente se convierten en “Hodor”, la única palabra que el personaje es capaz de articular.
Pues bien, en la versión en castellano los espectadores escucharon cómo las palabras “Aguanta el portón” se transformaban lentamente en “Hodor”. Claramente, no tiene el mismo impacto, se lo pusieron muy difícil a traductores y dobladores.
Por eso es tan importante contar con profesionales de la traducción audiovisual que encuentren unas buenas correspondencias lingüísticas que impacten igual que el original.
Esta técnica puede ser una alternativa al doblaje, ya que no requiere sustituir la voz original por otra, sino superponer una pista de audio en la lengua a la que se ha traducido, dejando de fondo el sonido original.
El voice-over no es muy frecuente en series de televisión ni en películas, pero sí en documentales o vídeos corporativos. Es algo más económico que el doblaje.
Cuando hablamos de localización en el mundo audiovisual, nos referimos a todo lo que hemos mencionado anteriormente, y además incluimos los elementos visuales que aparecen en la pantalla, que también deben adaptarse a la cultura y lengua de destino. Esto implica traducir los textos en 2D que aparecen en pantalla en la versión original, así como los textos en 3D que forman parte de la grabación, como la portada de un libro, carteles o señales de tráfico.
Como en cualquier proceso en el cual adaptamos un producto al idioma del mercado de destino, la localización audiovisual es fundamental para permitir al espectador comprender el mensaje que se le quiere transmitir y conectar emocionalmente con él.
Como ves, todo nos lleva siempre al mismo fundamento: para que la traducción audiovisual sea efectiva debemos tener en cuenta la adaptación cultural.
Y para realizar la adaptación cultural de un producto audiovisual existen varias estrategias que repasaremos a continuación.
Consiste en eliminar en su totalidad el referente cultural del texto o diálogo original y traducirlo por un referente que tenga sentido en la cultura del mercado meta.
Con esta técnica, los juegos de palabras o personajes conocidos en la cultura del idioma original se cambian en la versión del mercado de destino por referentes propios de su cultura.
Este tipo de paralelismos hace que los espectadores conecten con lo que les estamos contando y solo pueden trazarlos traductores con un verdadero conocimiento de las culturas con las que trabajan.
Por ejemplo, en la versión original de una película inglesa podríamos escuchar la expresión “Spill the tea”. Una traducción literal de esta frase no tendría sentido, ya que, aunque significa literalmente “derramar el té”, los ingleses la utilizan en referencia a contar un chisme o cotilleo. De esta forma, en una versión que estuviera doblada para México es probable que escuchásemos algo como “Cuéntame el chisme”.
Se realiza absolutamente lo contrario que en la domesticación. Los referentes culturales de origen se dejan exactamente igual. Esto quiere decir que si en la versión original se mencionan a personas famosas o influyentes dentro de su cultura y sociedad como podrían ser Michael Jackson o Mick Jagger, no se sustituirán por cantantes como Julio Iglesias ni Miguel Bosé en la versión castellana, más conocidos que los anteriores entre el público español.
Con esta técnica se trata de explicar el concepto del texto original sin entrar en demasiados detalles. Esto puede implicar el buscar un término o palabra que pueda englobar el significado original.
Por ejemplo, en muchas zonas del mundo, la marca Kleenex tuvo tanto éxito, que llegó a cambiar la forma en la que los hablantes nombraban el producto en sí mismo, aunque este no fuese de la marca Kleenex, sustituyendo el término “pañuelos de papel” por el de “kleenex”.
Si esta palabra apareciese en un contenido audiovisual que fuera a doblarse para otro país en el que esta marca no hubiese calado tanto, mediante la técnica de neutralización, no se buscaría una marca con un impacto similar en su cultura, simplemente se sustituiría por la traducción de “pañuelos de papel”.
Como ves, la traducción audiovisual es una herramienta muy poderosa, que bien usada puede ayudarte a llegar a audiencias globales con éxito.
Hacer que tus productos de vídeo y audio sean accesibles para diferentes idiomas y culturas distintas sin duda aumentará el impacto en tu target en los mercados de destino a los que quieres expandirte.
La buena traducción audiovisual puede aumentar el alcance de tu proyecto. Si quieres contar con un partner de traducción especializado en traducciones audiovisuales, no dudes en contactar con nosotros.
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